domingo, 24 de agosto de 2008

~ Huye, sigue huyendo...


En la vida uno tiene que saber perdonar...
Pero bien es cierto que cuando uno perdona muchas, demasiadas veces, pierde las ganas de seguir perdonando.
Y al final termina acabándose todo.



Así no se hacen las cosas. Perdona, pero no. He dicho mil veces que no puedes quedarte esperando a que se solucionen las cosas de repente, sin tú mover un músculo. Si total, sabes que le importas a los demás y qué más da, ¡ellos lo harán todo por ti! ¿Pues sabes? Mi límite ha llegado. Lo siento, pero no puedo más.
No puedes huir cada vez que se te presenta un problema o una discusión, te lo he dicho un millón de veces. Cobarde, que eres un cobarde.
Y resulta que las cosas se arreglan hablando, pero si no se hablan no se arreglan. ¿Vas a hablarlas? ¡Pero no, cómo pude pensar eso alguna vez! Qué vas a hablarlas tú, que huyes cada vez que se intentan hablar. Y lo único que consigues así es empeorar más y más las cosas, aunque pareces no saberlo incluso después de un año. ¡Un año! Pero no, tú es que no pareces ni ser consciente del daño que me has hecho.
Me preguntan que si aún me importas. ¡Claro que me importas! ¿Crees que si no me importaras me lamentaría tanto? Pero lo siento, ahora me toca adoptar tu rol: lamentarme por las esquinas y no hacer nada. Sí, ya sé que a ti se te daba mejor que a mí...

Y si lees esto algún día por casualidad, ¿sabes qué? Que me dará igual. Estoy harta de soportar tus ñoñerías.
Y es que por encima de todas las cosas conozco ya tus reglas: Te saco el tema (me pongo borde, ¡o ni siquiera eso!), pasas de mí y te vas, y no te vuelvo a ver el pelo hasta dentro de un par de meses. ¿Así es como funciona tu cabeza, no?

Se acabó.
Lo que más rabia me da es que siempre digo lo mismo y luego no lo cumplo. Me pueden los recuerdos, lo siento. Pero te juro que ya nada volverá a ser como antes. Y prefiero ahorrarme los intentos, porque, perdona, ¿por qué número vamos?
Lo siento. De veras que lo siento. Aunque yo te dije esto hace un año y tú me lo has dicho ahora.
Y ya no puedo más...

Si supieras el daño que me hace todo esto..!*

4 comentarios:

Hermy dijo...

Clap, clap, clap y clap =)


No pierdas el tiempo, duele, pero creo que no deberías perderlo, no lo merece. Aprende a jugar tú también, entonces le ganarás.

Te quiero (K)



PD: Lo siento, no estoy inspirada u.u

Lue dijo...

en fin,nunca he llegado a entender de por que te preocupas por él,si él nunca se ha molestado por preocuparse por ti cuando realmente le necesitabas,solo va cuando se siente mal o tiene peso de conciencia,es decir,que se preocupa por si mismo no por ti,por dios...deja ya de lamntarlo lleva un año asi y nunca cambiara.

Consejo:preocupate por los que realmente están a tu lado cuando lo necesitas,no por quien aparece cuando le da la verguenza reconocer el daño que hace a las personas y tiene peso de conciencia.

bss,te chero.

pd:no te compliques la vida.^^

Anónimo dijo...

ya se vio hace tiempo, sino se le da de leches no reacciona. si no ha aprendido la leccion en este tiempo, ya no lo hara. es hora de cambiar de aires :). te quiero, guapa
bss

Srta. Nostalgia dijo...

Y es que por encima de todas las cosas conozco ya tus reglas: Te saco el tema (me pongo borde, ¡o ni siquiera eso!), pasas de mí y te vas, y no te vuelvo a ver el pelo hasta dentro de un par de meses. ¿Así es como funciona tu cabeza, no?


Cómo te entiendo. He intentado exactamente lo mismo que tú millones de veces, y como son Incapaces de reconocer que pueden estar haciendo daño, o que hacen algo mal, huyen, bajo mil excusas sin sentido. En fin, espero dar algún día con un tío que sólo tenga miedo a perderme. Un besito.